Tres corrientes políticas se observan en el Pueblo de Gaza:
1- Las que acudieron a Egipto a negociar el cese al fuego.
2- Las Brigadas Izz al Qassam (milicia de Hamás y los Batallones de Jerusalén (la fuerza armada de Jihad Islámica), que amenazan con reanudar sus ataques cuando finalice el tiempo acordado de cese el fuego.
3- Los pobladores gazatíes, que agredieron a golpes a Sami Abu Zuhri, vocero de Hamás, cuando lo encontraron cerca del hospital de Shifa, en Gaza, acusando al movimiento de resistencia islámico (Hamás) de ser el responsable de haber construido túneles y arsenales bajo sus casas, hospitales, escuelas, mezquitas y diversos centros civiles, transformándolos en objetivos militares, causa por la que Israel bombardeó estos sitios, quedándose sin hogar. Esta fuerza del pueblo, si se organiza, podría llegar a producir un cambio radical en Gaza y crear un gobierno del Pueblo.
La población no organizada, sin dirigente, temerosa de sufrir represalias por parte del sistema autoritario fascista de Hamás, es la que sufrió las consecuencias de los bombardeos y de la destrucción con explosivos de 1,678 sitios de lanzamiento de cohetes -incluso desde el hospital Shifa fueron lanzados cohetes-; 977 centros de comando y control; 237 instalaciones de almacenamiento y producción de armas; 144 sitios de entrenamiento y capacitación. Hamás disparó 475 cohetes que cayeron en Gaza y destruyeron vidas y construcciones.
Durante siete años Hamas forzó al pueblo a trabajar y obtuvo mano de obra esclava y sobre todo infantil para construir la red de túneles. Cada túnel llegó a costar tres millones de dólares. A lo anterior hay que agregar el costo de las armas y el pago de las milicias terroristas. Con ese dinero procedente de Qatar, de Irán, Turquía, de Europa -bajo la denominación de ayuda al Pueblo Palestino-, de Estados Unidos en donde hay intensa actividad social de elementos de Hamás que piden ayuda humanitaria para Gaza, de América del Sur y de otros lugares, Gaza tendría un gran desarrollo, pero al fascismo imperante lo único que le interesa es destruir a Israel y en ello invierte fortunas. En México la “izquierda” (que recibe apoyo financiero de Irán, de América del Sur y del mundo musulmán), pidió que el Gobierno rompiera sus relaciones con Israel, siguiendo los pasos de diferentes Estados que retiraron a sus embajadores, sin tomar en cuenta que:
-Hamas lanzó en contra de Israel 3,360 cohetes entre el 8 de julio y el 6 de agosto, y gracias al sistema antimisiles “Cúpula de Hierro”, que funcionó admirablemente, se impidió que la población civil israelí sufriera una carnicería y las ciudades, incluso Jerusalén, no padecieron destrucción.
-Hamás prometió convertir a Israel en un infierno, pero se equivocó, pues la unidad política de los israelíes, su sistema democrático, las Fuerzas de Defensa (Tzahal), el sistema anticohetes, la aviación, los aviones sin piloto (drones), la estrategia militar israelí, los refugios a los que constantemente acudieron los israelíes ante el aviso mediante las alarmas y otros factores hicieron posible que el infierno anunciado por Hamás no se hubiese presentado.
No obstante que Israel anunció telefónicamente a los domicilios de los gazatíes que salieran de sus hogares porque iban a ser bombardeados, advertencia reafirmada mediante hojas impresas y medios electrónicos, Hamás, por el contrario, pidió a la población que no abandonara sus casas, incluso que los niños y mujeres se concentraran en azoteas de edificios y construcciones por donde pasaban los túneles, para impedir que la aviación israelí bombardeara, usándolos como escudo humano, en tanto que intensificó el lanzamiento de cohetes en contra de Israel. Con esa táctica calculada para crear mártires, fotografiar y videograbar las escenas y promover una guerra publicitaria en contra de los israelíes, Hamás, Yihad Islámica y otros grupos terroristas, trató de crear el rechazo internacional. Pero la Unión Europea, los Estados Unidos y diversos diplomáticos anunciaron que Israel tenía el Derecho y el Deber de Defenderse.
En Estados Unidos, manifestantes antiisraelíes, dirigidos por gazatíes residentes, se enfrentaron a grupos pro israelí, gritándoles: “¿a cuántos niños mataste hoy?”, pero desconocen el número de niños esclavos victimados durante la construcción de los túneles.
Quienes desean la destrucción de Israel, como el ayatollah Ali Jamenei, expresaron: “Los israelíes son perros rabiosos que actúan como lobos destructores de la humanidad”. La realidad es que Irán financió y armó a Hamás y a Yihad Islámica, pretendiendo borrar del mapa a Israel.
Qatar envió a Gaza cientos de millones de dólares, incluso un envío quedó bloqueado en bancos.
Turquía respalda a Hamás, y en Ankara, funciona una parte de la dirección de Hamás. Israel capturó un barco cargado con armas producidas en Siria, que fueron enviadas a Irán y embarcadas hacia Sudán, para luego ser conducidas a Gaza a través del desierto del Sinaí y posteriormente introducirlas a Gaza mediante los mil túneles existentes entre Egipto y Gaza. Pero ha habido envío de armas no detectadas que permitieron que Hamás se armara, agregando la tecnología que Teherán dio a Gaza para que Hamás construyera sus propios cohetes artesanales. A lo anterior hay que agregar los cohetes procedentes del arsenal de Libia transportados por traficantes.
Algunas fuentes de inteligencia calcularon antes del conflicto armado, que Hamás poseía 10,000 cohetes. De ellos ya disparó 3,360 hasta el 6 de agosto, el ejército israelí al destruir más de 32 túneles también detonó los arsenales escondidos incluyendo cohetes y fueron destruidos cohetes escondidos en escuelas, mezquitas, casas y centros civiles, lo que alcanzó la cifra de 3,000 cohetes. Pero aún están en poder de Hamás quizá un tercio de la cantidad inicial.
Por ello el Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, propugna que se desarme a Hamás. La Cancillería Israelí propuso que las Naciones Unidas administren temporalmente Gaza. Hamás no existiría sin el apoyo externo. Jizb Allah, de Líbano, analiza la posibilidad de atacar a Israel, pero es de esperar que el Gobierno Libanés lo evite para que el Pueblo no sufra una lucha armada devastadora.
Ahora Israel está enviando ayuda humanitaria al Pueblo de Gaza porque no lo considera su enemigo. Hamás es el enemigo.
La actitud de los belicistas integrantes de las milicias de Hamás y la Yihad Islámica que pretenden continuar la lucha armada con Israel es suicida. Preferible es que el proceso de conversaciones en Egipto culmine con un cese al fuego y que las potencias promotoras del odio dejen de apoyar bélicamente a los “señores de la guerra de Hamás”.
BENJAMÍN LAUREANO LUNA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO
Fuente: Enlace Judío.com
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