Arqueólogos descubrieron un inusual tesoro de la era de Alejandro Magno en una cueva de la Galilea (norte de Israel), que puede arrojar luz sobre el turbulento período que siguió a su muerte en el 323 a.C., cuando sus herederos se disputaban el imperio.
Un conjunto de monedas de plata con la efigie del mítico rey y varios objetos de bronce, entre ellos un brazalete, anillos y pendientes, han aparecido en una cueva de estalactitas y estalagmitas cuya ubicación es mantenida en secreto para evitar un posible saqueo, informó la Autoridad de Antigüedades.
"Es uno de los descubrimientos importantes realizados en estos últimos años en el norte, y descifrar los secretos de la cueva demandará mucho tiempo", dice ese organismo oficial.
Las monedas fueron descubiertas por tres espeleólogos aficionados que se introdujeron en la cueva para preparar una visita guiada al lugar y que vieron un destello en el suelo.
Al levantar dos monedas se percataron de su antigüedad y alertaron a los arqueólogos, que desde entonces han desenterrado un pequeño escondite de la era de Alejandro Magno y otros enseres de cerámica que se remontan hasta el período calcolítico hace 6.000 años.
Lo más destacable son, sin embargo, las monedas que llevan la efigie de Alejandro, que conquistó la entonces Judea en manos de los persas en el 332 a.C.
El período helenístico duró en esta parte del Levante mediterráneo hasta el año 37 a.C., período en el que alcanzó a cambiar de manos de Ptolomeos a Seleúcidas y también a vivir un breve período de independencia bajo la monarquía Asmonea (167-63 a.C). Después fue conquistada por el Imperio Romano.
Junto a las monedas han aparecido varias joyas de plata que se encontraban dentro de un pequeño saco de tela y que al parecer fueron escondidas por sus propietarios hace 2.300 años.
"Estos objetos valiosos fueron al parecer escondidos en la cueva por residentes locales que escapaban durante el período de desasosiego que siguió a la muerte de Alejandro, un momento en el que estallaron las Guerras de los Diádocos" (323-281 a.C).
Posiblemente, creen los arqueólogos, el pequeño tesoro fue escondido para protegerlo, pero está claro que sus propietarios nunca pudieron regresar a recogerlo.
Otro elemento importante que está siendo investigado, este de carácter más científico naturalista, es la gestación de las estalagmitas a lo largo del tiempo, dado que muchos de los enseres de cerámica descubiertos están plenamente integrados en el sedimento calcáreo hasta el punto de ser totalmente inseparables.
Este descubrimiento de un tesoro arqueológico por ciudadanos comunes, sigue a otro de submarinistas el mes pasado, que desenterraron del fondo marino en el puerto romano de Cesarea (Caesarea) el mayor conjunto de monedas de oro hallado nunca en el país.
La legislación nacional estipula que cualquier descubrimiento arqueológico pertenece al Estado y establece una condena de hasta cinco años de cárcel por apropiación indebida de este tipo de bienes.
Fuente: EFE y Aurora Israel