A menos de dos semanas para que finalice el plazo para lograr un acuerdo entre Atenas y sus acreedores -Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE) -, muchos apuestan a que se producirá la temida salida de Grecia de la Eurozona, también conocida como "Grexit".
Reino Unido, que ya se prepara para el retiro griego del euro, y Alemania están entre los países que no ven otro final a los diálogos de los helenos con sus socios de la Unión Europea (UE). Esto debido a la clara intención de Grecia de no dar su brazo a torcer en cuanto a las "líneas rojas" que marcó para lograr un acuerdo, y la determinación de sus socios a rechazar las contrapropuestas griegas a las reformas que exigen.
Las medidas de la antigua troika se manejan bajo "una lógica estrictamente económico-financiera y no comprenden los efectos políticos y sociales que pondrían en Grecia en las próximas semanas", señala el economista Pablo Blanco.
Grecia ha dejado claro en reiteradas ocasiones que no piensan reformar el sistema de pensiones ni aumentar el IVA, puntos que han estancado las negociaciones con sus acreedores, que exigen que se apliquen estas reformas lo más pronto posible para desembolsar los 7.200 millones de euros que aliviarían la crisis griega. Sin embargo, el especialista dice estar de acuerdo "en la necesidad de realizar una reforma al sistema de pensiones".
Blanco destaca que el Gobierno griego no ha propuesto ningún ajuste sobre las pensiones en 2015, "y para el año 2016 apenas ofrecieron una reducción de 70 millones de euros".
Aún es posible pactar
Por difícil que parezca, el equipo griego y sus socios europeos aún podrían alcanzar un acuerdo que satisfaga a ambas partes y, además de permitir el desembolso, mantenga a Atenas dentro de la Eurozona.
"En el papel, todavía es posible un acuerdo, ya que pueden acercarse a tener los mismos objetivos, pero en lo que no es viable un convenio todavía es en los instrumentos para cumplir con dichas metas", subraya el economista.
Blanco hace énfasis en la dificultad que representa para la administración helena ceder en los aspectos que pueden desencadenar que la crisis social "aumente considerablemente". A su juicio, esto supondría "un suicidio político para el actual Gobierno y no incidiría en la competitividad del país, que tanto lo necesita".
De igual manera, el especialista indica que aún no es tarde para que Grecia logre evitar su salida de la Eurozona.
Atenas "puede salvarse mostrando un compromiso político para llevar a cabo reformas. Le conviene al Gobierno griego iniciar con la negociación de la deuda prometiendo llevar a cabo reformas en lo queda de 2015 y durante 2016", asegura el especialista.
Fuente: El Universal.com