El lunes 25 de enero 2016 se produjo un terremoto de una magnitud de 6,3, en la escala de Ritcher en el Mar de Alborán. Esto terremoto se sintió en Melilla y en Málaga. Desde el lunes hemos tenido unas 600 réplicas. Algunas de ellas han llegado a alcanzar una intensidad de hasta 4,7 en la escala de Ritcher. Es muy normal y previsible que después de un terremoto importante se produzcan réplicas. Pero ¿dónde se producirá un terremoto? y ¿qué magnitud tendrá dicho terremoto?
En los últimos años se recogen una gran cantidad de datos sobre los terremotos. En muchos países existen institutos sismológicos que recopilan los datos y los ponen a disposición de los investigadores. Estos datos se utilizan para tratar de localizar el epicentro del terremoto. Mediante la minería de datos obtenidos de los sismógrafos se pueden calcular la distancia a la que se ha producido el terremoto, y mediante la triangulación se pueden calcular el lugar en el que se ha producido dicho terremoto. Por simplificar, lo que se realiza es buscar ondas de terremotos parecidas para compararlas y calcular la distancia en las que se ha producido.
No existe ninguna forma para calcular donde se producirá un terremoto. Pero nos podemos acercar. La ciencia se basa en la probabilidad para calcular donde se producirá el próximo terremoto. Dicho de otra forma, donde se producen muchos terremotos grandes, hay mayor probabilidad de que se produzca otro terremoto grande. Si los terremotos pequeños se producen cada vez con mayor frecuencia, es más probable que se produzca un terremoto de gran magnitud.
Los pequeños microterremotos aportan mucha información a los sismólogos pero son muy difíciles de identificar. En la detección de estos microterremotos es donde la ciencia está avanzando en la actualidad. Un reciente artículo publicado en la revista científica Science Advanced, trata de mejorar la detección de estos pequeños terremotos utilizando una técnica parecida a la que utiliza Shazan para encontrar las canciones, mejorando la detección de esos microterremotos que tanta información nos aportará para el futuro.
Para predecir la magnitud máxima de los terremotos, no existe ninguna fórmula viable que nos pueda ayudar. Pero los científicos consiguen aproximarse, averiguando si en una zona se va a producir un terremoto de las mismas características de la media que se producen o será mayor. Y en la revista Plos One han publicado un artículo donde consiguen los objetivos que buscaban utilizando dos variables, el número de terremotos de ese año y la magnitud máxima de terremotos producidos en ese año.
El estudio de los terremotos es complejo y requiere también el uso de fórmulas muy complejas por los sismólogos. Pero actualmente podemos producir información muy interesante sobre los terremotos. La sismografía es una ciencia que está aumentando su conocimiento cada año, lo que nos proporciona cierta tranquilidad sobre los terremotos y sus magnitudes en general.
Fuente: Diario Mi Presente.com
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