JERUSALÉN, 23 May. 14 / 06:39 pm (ACI/Europa Press).- La misa que celebrará el Papa Francisco el próximo lunes en el Cenáculo, en Jerusalén, será la segunda misa oficial que se celebra en este lugar en 500 años, después de la que ofició Juan Pablo II en el año 2000, según ha explicado el vicario de la Orden Custodia de Tierra Santa, el padre franciscano Artemio Vitores.
En referencia a la polémica surgida en torno al Cenáculo -donde tuvo lugar la Última Cena--, Vitores ha indicado que la idea en estos momentos es que se devuelva a la Iglesia el uso del mismo todos los días en unas horas determinadas para celebrar la Eucaristía, algo que, según ha precisado, ya se está hablando. De esta forma, a su juicio, no se perturbaría a los judíos que quisieran acudir a la Tumba del Rey David, que se encuentra ubicada allí mismo.
En esta línea, ha señalado que lo que podría "molestar" es "que un pequeño grupo de radicales condicionen toda la vida del mundo católico". "El Gobierno no puede permitir que cuatro personas condicionen la vida de siete millones", ha aseverado durante una rueda de prensa organizada por Fuente Latina y el Club de Prensa de Jerusalén.
Para Vitores, el Cenáculo es "el segundo pulmón del mundo cristiano" por acontecimientos como el lavado de pies, la eucaristía, la venida del Espíritu Santo y ha lamentado que durante cinco siglos, los cristianos hayan sido apartados de este "pulmón". "Jerusalén tiene que ser la madre de todos los cristianos, los cristianos deben ser también ciudadanos de derecho", ha añadido.
Por otra parte, el padre franciscano se ha mostrado convencido de que el Papa Francisco abordará durante su viaje el problema de la desaparición de los cristianos en Tierra Santa y transmitirá un mensaje de amistad entre todos los cristianos y entre las distintas religiones.
Concretamente, sobre el problema de los cristianos, ha dicho que le causa "tristeza" que la mayor parte de los cristianos de Tierra Santa no vayan a poder ver al Papa Francisco durante su viaje ya que, según ha precisado, en su mayoría viven en Galilea. En todo caso, ha indicado que donde podrán verlo algunos será en Belén, aunque no cree que puedan pasar más de 10.000 personas. "Hay una tristeza porque es como si viniera tu padre o tu madre y no lo pudieras ver", ha subrayado.
En cualquier caso, ha señalado que espera que los mensajes de Francisco transmitan esperanza a los cristianos en Tierra Santa, los cuales, según ha explicado, están "despareciendo" pues, si hace unos 50 años podían representar el 19,4%, ahora no llegan al 1,4%.
"Tierra Santa se queda sin cristianos y cuando viene un Papa es para ver a sus hijos y si ves que desaparecen, un padre se tiene que ver desesperado", ha afirmado. Por ello, cree que un gesto del Pontífice podría ser animar al mundo cristiano a viajar a Tierra Santa.
Con motivo del 50 aniversario del encuentro ente el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras en Jerusalén -razón del viaje del Pontífice--, Vitores ha explicado que fue con Pablo VI en 1964 cuando, tras una época de "incomprensión" y otra de "deshielo" comenzó el inicio del diálogo representado en dos gestos: se levantan las excomuniones entre diferentes Iglesias y se devuelven los restos de San Sabas.
Además, según ha explicado, el Concilio Vaticano II con la declaración Nostra Aetate y las visitas de los Papas a Tierra Santa han sido fundamentales para poner en valor que "el mundo cristiano depende totalmente o al menos en gran medida del mundo judío". "Son nuestros hermanos mayores", ha concretado el franciscano.
Durante los últimos 25 años, a su juicio, se ha producido una "revolución total" alcanzando el ecumenismo de amistad, lo que el padre Vitores denomina "ecumenismo en torno a una taza de café". Por ello, se muestra convencido de que el Papa Francisco, con su carisma y alegría, transmitirá en los próximos días que todos los patriarcas, católicos, ortodoxos, armenios, etcétera, pueden ser "amigos y hermanos".
Fuente: aciprensa
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